Los Vampiros somos y seremos una fuente inagotable
de inspiración para los artistas. En cuanto a mi suelo encontrar un
secreto placer en la contemplación de estas oscuras imágenes.
No pretendo abarcar la totalidad del arte, sino tan sólo captar un ligero latido de sus maravillosos laberintos.
En esta primera parte, centrare mi dilatada atención en las sensuales y ominosas figuras de las vampiresas.
Estas son, según mi mórbido criterio, algunas de las mejores pinturas sobre Vampiros.
Lamia and the soldier.
Resulta
difícil conciliar las horribles historias mitológicas con esta bella
imagen de una Lamia a los pies de un ignoto caballero medieval. Pero
detrás de esta aparente inocencia, se sugiere algo ciertamente
aterrador: el caballero ha abandonado sus pertrechos, su espada y su
escudo yacen fuera de su alcance, el yelmo descansa a su lado; la Dama
no habla, sus profundos ojos inmovilizan al caballero con los encantos
de su mortal belleza, mientras sus lívidos dedos recorren el frío acero
de la armadura.
Waterhouse
nos muestra la culminación del hechizo: momentos después (me atrevo a
imaginar) todas las defensas del caballero serán derrumbadas, y su
destino será consumado.
T
The Vampire.
T
Vampire.
T
Lamia.
T
Lilith.
T
Lamia.
(Lamia, segunda versión, John William Waterhouse, 1909).
T
Nachtmahr.
T
The Vampires.
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